Dentro de nuestro programa de desarrollo personal directivo, ayer abordamos la importancia de tener una brújula que nos marque el rumbo de la travesía oceánica que estamos transitando para afrontar nuestra propia transformación, tanto personal como de nuestras empresas, de manera exitosa.
Una vez revelamos el propósito en la sesión anterior, hemos abordado ahora el autodescubrimiento de toda la constelación de nuestras fortalezas, oportunidades de desarrollo y cambio de mindset, para asumir los nuevos puestos emergentes en la sociedad, identificando aquellos que coinciden con nuestro propósito. Para ello realizamos un enfoque en nuestra inteligencia emocional, enfatizando la necesaria adquisición de competencias que implican no solo conocernos, sino también desarrollar adecuadas relaciones con nuestro entorno, para luego enfrentarnos a la construcción de nuestro propio autoliderazgo. Gracias por enseñarme tanto, por esta absoluta entrega y por permitirme corear cada día con vosotros un futuro basado en la colaboración, integrando vuestras geniales ideas.
¡Seguimos! ¡Siguiente parada: agilidad!
Una vez revelamos el propósito en la sesión anterior, hemos abordado ahora el autodescubrimiento de toda la constelación de nuestras fortalezas, oportunidades de desarrollo y cambio de mindset, para asumir los nuevos puestos emergentes en la sociedad, identificando aquellos que coinciden con nuestro propósito. Para ello realizamos un enfoque en nuestra inteligencia emocional, enfatizando la necesaria adquisición de competencias que implican no solo conocernos, sino también desarrollar adecuadas relaciones con nuestro entorno, para luego enfrentarnos a la construcción de nuestro propio autoliderazgo. Gracias por enseñarme tanto, por esta absoluta entrega y por permitirme corear cada día con vosotros un futuro basado en la colaboración, integrando vuestras geniales ideas.
¡Seguimos! ¡Siguiente parada: agilidad!